No es de la misma naturaleza el orden espontáneo cuando se trata de objetos inanimados que cuando se trata de seres con conciencia , capacidad racional y de elección. El orden espontáneo en los objetos inanimados es totalmente determinado por las circunstancias, pero en los seres pensantes es en mucho mayor medida el resultado de las creencias y filosofía dominantes.
Una sociedad convencida de que la riqueza viene "de arriba" , de Dios o de la Naturaleza y que lo único que le cabe al ser humano es distribuirla equitativamente convergerá a un "orden espontáneo" completamente diferente al que emerge en una sociedad cuyos miembros conocen que la riqueza es el producto de su trabajo e inteligencia.
Una sociedad cuyos individuos se sienten con derecho a buscar y construir su propia felicidad arribará a resultados "espontáneos" muy diferentes a otra sociedad de individuos cuyas mentes están quebradas por el cuento del "Paraíso Perdido" y el "Pecado Original" o por la negación altruista del valor moral de la búsqueda del propio interés.
A su vez una sociedad de individuos que ya aprendieron que la búsqueda de la propia felicidad y del propio interés es mucho más efectiva y duradera en estado de Civilización , es decir reconociendo y respetando el derecho ajeno a la búsqueda de la felicidad y el propio interés ( egoísmo racional) , tendrá resultados "espontáneos" , es decir sistémicos, muy diferentes y superiores a la de una sociedad hedonista , ( egoísmo irracional) , nietzcheana, que todavía cree que la ganancia de unos se consigue a expensas de la pérdida de otros, en un juego de suma cero, error que por otro lado es el resultado directo de aquella creencia primitiva de la riqueza viniendo de "arriba". es decir de Dios o se la Naturaleza .
La conclusión es que el "orden espontáneo" por sí mismo no es suficiente. Para buenos resultados hace falta como factor concurrente una filosofía racional . Las ideas sí importan.
Una sociedad convencida de que la riqueza viene "de arriba" , de Dios o de la Naturaleza y que lo único que le cabe al ser humano es distribuirla equitativamente convergerá a un "orden espontáneo" completamente diferente al que emerge en una sociedad cuyos miembros conocen que la riqueza es el producto de su trabajo e inteligencia.
Una sociedad cuyos individuos se sienten con derecho a buscar y construir su propia felicidad arribará a resultados "espontáneos" muy diferentes a otra sociedad de individuos cuyas mentes están quebradas por el cuento del "Paraíso Perdido" y el "Pecado Original" o por la negación altruista del valor moral de la búsqueda del propio interés.
A su vez una sociedad de individuos que ya aprendieron que la búsqueda de la propia felicidad y del propio interés es mucho más efectiva y duradera en estado de Civilización , es decir reconociendo y respetando el derecho ajeno a la búsqueda de la felicidad y el propio interés ( egoísmo racional) , tendrá resultados "espontáneos" , es decir sistémicos, muy diferentes y superiores a la de una sociedad hedonista , ( egoísmo irracional) , nietzcheana, que todavía cree que la ganancia de unos se consigue a expensas de la pérdida de otros, en un juego de suma cero, error que por otro lado es el resultado directo de aquella creencia primitiva de la riqueza viniendo de "arriba". es decir de Dios o se la Naturaleza .
La conclusión es que el "orden espontáneo" por sí mismo no es suficiente. Para buenos resultados hace falta como factor concurrente una filosofía racional . Las ideas sí importan.
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